Viaje en Moto -FRANCIA-
Sheila & Víctor
VIAJE A FRANCIA EN MOTO -SHEILA & VÍCTOR-
AUTO TALLERES MIGUEL HIJOS S.L
Cuando se empieza a preparar un viaje en moto, hay que tener en cuenta muchas cosas; kilómetros que se piensan hacer al día y las horas que nos llevan realizar esos km, valorar si vamos a coger algún tramo de autovía o no, lugares en los que echar gasolina, mirar las inclemencias meteorológicas todos los días, (ya que cualquier cambio en el viaje nos afecta mucho) y un gran etc.
Otro aspecto no menos importante es llevar el vehículo revisado al 100% y conocer la máquina para prevenir cualquier posible fallo y por consiguiente no nos deje tirado y nos toque decir a dios a nuestro viaje. En nuestro caso la revisión de la moto la realizamos en AUTO TALLERES MIGUEL E HIJOS S.L en San Esteban de Gormaz (Soria) y su fantástico mecánico especializado en motos (DANY), además de cambiar las cubiertas para una mayor eficacia en los terrenos que íbamos a pisar en la ruta. En este caso pusimos unas michelin anakee 3 que nos proporcionan una eficacia en carretera y suelos resbaladizos realmente buena. Como no podía ser de otra manera revisión general realizada minuciosamente, cambio de aceite y filtros y comprobación de todo aquello que nos podría fallar.
DÍA -1- SAN ESTEBAN DE GORMAZ – BURDEOS 586 KM Y 7H Y 45’
El primer día salimos de San Esteban de Gormaz dirección Burdeos. El primer tramo hasta Irún lo hicimos por autovías, ya que este trayecto era un mero trámite para meternos de lleno en territorio Francés. Una vez cruzada la frontera (en la que no nos pidieron pasaporte Covid ni nada por el estilo) pusimos rumbo a Burdeos por carreteras secundarias, en las que verdaderamente disfrutamos de la moto. El último tramo se nos hizo algo pesado al llevar a las espaldas tantos km.
La entrada a Burdeos fue muy cómoda y con muy poco tráfico, ya que entramos un sábado por la tarde. Una vez allí buscamos el hotel, revisamos la moto y nos pusimos guapetes para disfrutar de la ciudad.
Salimos del hotel y pusimos rumbo al centro de la ciudad, atravesando un precioso puente que nos llevaba directamente a la Plaza de la Bolsa. Seguimos recorriendo la ciudad y cenamos en un pequeño y acogedor puesto a las orillas del Rio Garona. Una vez llenado el estómago pusimos rumbo a la majestuosa catedral, que nos pareció una auténtica maravilla. Más tarde también visitamos la Torre de Pey-Berland y la Basílica de San Miguel. Una vez visitado todo el centro de la ciudad pusimos rumbo al hotel donde nos encontramos con la Puerta de Cailhau donde realizamos unas bonitas fotografías con un precioso atardecer a las orillas del Río Garona. Una vez en el hotel, duchita, preparar todas las maletas de nuevo, revisión de la moto y merecido descanso.
DÍA -2- BURDEOS – TOURS 365 KM Y 5H Y 36’
El segundo día nos levantamos con muchas ganas e ilusión, aunque algo cansados del día anterior. Lo primero una duchita, preparar todo el equipaje… Yo, mientras Sheila mira que no nos dejemos nada, engraso la cadena, reviso la moto y pongo las maletas en su sitio. Después de nuestro protocolo matutino un rico desayuno (dulce y salado) para poner rumbo a Tours donde nos deparan unas carreteras de ensueño y unos castillos de príncipes y princesas.
La ruta se iba haciendo despacito y disfrutando de cada km y de cada curva, mientras nos íbamos metiendo de lleno en el famoso Valle de Loira en el que pudimos disfrutar de unos cuantos castillos. Destacar el castillo de Chambord, Castillo de Ussé, Castillo de Langeais y el Castillo de Villandry. En este último nos tomamos una cervecita y nos hicimos unas fotos antes de poner rumbo a Tours.
El último tramo se nos hizo muy rápido disfrutando de unos puentes super bonitos acompañados de muchísima vegetación.
Una vez en Tours buscamos nuestro hotel, duchita, revisión de nuestra máquina, ponernos guapetes y salir a disfrutar de una de las ciudades que más nos ha sorprendido por su ambiente juvenil.
Decir que esa tarde bajamos al centro en moto, donde pudimos aparcar en el centro gratuitamente, para posteriormente visitar su espectacular catedral (cathédrale Saint-Gatien de Tours) que nos dejó impresionados por su magnífica fachada de estilo gótico. Más tarde visitamos el centro donde por suerte nos encontramos con el mercadillo, que se realizaba justo ese día (domingo), para continuar hacia la zona de “jaleo” donde disfrutamos de las pintas más baratas de todo nuestro viaje. Daba gusto poder tomarse una pinta a 3’50 €. Algo a destacar también de Tours es su Plaza de Plumereau y su gran noria a las orillas del Loira (Víctor no se atrevió a montar en ella).
Para terminar nuestra visita cogimos unas hamburguesas super ricas en un bar de la ciudad y nos las llevamos para comer en las cercanías del hotel antes de irnos a descansar y pensar en el día que habíamos pasado.
DÍA -3- TOURS - PARIS 233 KM Y 3H Y 40’
Nuestro tercer día de viaje empezó como los demás; con nuestro protocolo de buen desayuno, preparativos y puesta a punto de nuestra maquina “Tizona”, además de disfrutar de una temperatura muy agradable para poder recorrer el norte de Francia con nuestra moto. Decir que este día Sheila se levantó con muchas ganas, ya que estaba deseando conocer Paris (la ciudad del amor).
Pusimos rumbo a París por carreteras secundarias en las que todo era verde, con unos pueblos super bonitos que nos recordaban a Asturias, para después coger autopistas que nos llevaran directamente a París, ya que teníamos muchísimas cosas por ver y la entrada a la ciudad me la imaginaba bastante complicada. Como no podía ser de otra manera la entrada a la ciudad fue un auténtico caos, coches por aquí, pitidos, miles de semáforos, atascos…y recordar que llevamos una moto de casi 300kg cargada hasta arriba más el pasajero… aunque también he de mencionar que a las motos las tienen un respeto especial que no me ha sucedido en España. Mientras íbamos entrando a París los nervios y la emoción iban subiendo por momentos, hasta que a lo lejos divisamos la Torre Eiffel bañada por el grandioso Sena, momento en el que parte de nuestro sueño y destino estaba prácticamente conseguido. Ni que decir tiene que paramos en medio de la calle con nuestra moto para realizar sin prisa todas las fotos que nos dio la gana, sin preocuparnos por el resto de vehículos. Ese era nuestro momento y así lo quisimos disfrutar.
Más tarde dirección al hotel pasamos por la Plaza de La Concordia, Museo de Louvre y parte de los jardines Eliseos. TODO ERA SUPER BONITO.
Cuando llegamos al hotel descargamos la moto, revisamos que todo estuviera correcto y nos dimos una duchita bien merecida. Ese día la indumentaria cambio a ropa de deporte y zapatillas para andar. París nos esperaba.
Nuestro primer destino fue el famoso cabaret Moulin Rouge que tantas ganas tenía de ver Sheila, para continuar a la majestuosa basílica del Sagrado Corazón, en la zona más alta de París que tiene unas vistas impresionantes. Como detalle mencionar la cantidad de candados del amor que había atados a sus pies.
Después de subir decenas de escaleras pusimos rumbo al “centro” donde nos esperaba nada menos que la ¡¡¡Catedral de Notre Dame!!! Lo primero que pregunté fue si estaría dentro el famoso Quasimodo, pero pronto me di cuenta que la catedral estaba parcialmente destruida por el fuego de hace unos años. Una pena no haber podido disfrutar como se merece de tan fantástico monumento, aunque lo que sí que vimos y nos recordó mucho a nuestra infancia son las conocidas gárgolas y sus muy típicos dibujos de los años 90.
Más tarde algo cansados y sin apenas comer paramos antes del Museo de Louvre a picar algo y beber unas cervecitas (9€ la pinta) que nos sentaron a gloria con el calor que hacía. Una vez llenos de energía y antes de nuestra visita a la Torre Eiffel visitamos el Museo de Louvre y recorrimos sus cuidados jardines, para seguir recorriendo el Rio Sena hasta la Plaza de La Concordia y un poquito de Los Campos Eliseos. La verdad es que pensábamos que estaría más cerca y aun nos costó llegar hasta la entrada de la ya mencionada Torre Eiffel. Decir que desde abajo es impresionante, pero si se junta el vértigo y su altura desde arriba es un espectáculo, aunque decir que según Sheila mi cara era un poema según íbamos subiendo metro a metro hasta coronar a 276m de altura. Al menos ella pudo disfrutarlo y reírse de alguno que yo se me. Una vez visitada y hacer unas cuantas fotos desde su punto más alto pusimos rumbo al Arco del Triunfo, eso sí, esta vez en patinete eléctrico. Tenía que dar gusto vernos por allí los dos subidos en el patinete con GPS en mano y sorteando viandantes y coches…Una vez superado nuestro rally paramos a tomar unas latillas de cerveza que unos buenos hombre nos ofrecieron a la orilla del Sena, mientras el atardecer empezaba a asomar por el horizonte. Poco después sonó la bocina de nuestro barco que pronto zarparía para recorrer en un crucero de aproximadamente una hora por el Sena y disfrutar el atardecer en Paris. Paseo romántico y muy recomendable por el precio. Casi llegando al final del crucerito tuvimos la suerte de encontrar la Torre Eiffel iluminada de una manera especial que solo lo hace 5 minutos cada hora una vez oscurece. Con la relajación del crucero y con casi 9 km que teníamos hasta cenar en el Barrio Latino volvimos a las andadas y cogimos otro patinete eléctrico para los dos. ¡Esta vez se notaba el manejo!!!
Cenita, unas birras y a descansar a nuestro hotel, que hemos de decir que cogimos la cama como si lleváramos tiempo sin dormir en una. La ropa y las zapatillas de deporte vinieron de lujo.
DÍA -4- PARIS – NORMANDÍA (PLAYA DE OMAHA) 298 KM Y 5H Y 26’
Como todos los días nos levantamos temprano y bastante cansados del día anterior, pero el protocolo diario hay que seguirlo si queremos ir cumpliendo con nuestros objetivos: recoger todo, revisión de la Benelli, engrase de cadena, cargar maletas en la moto… He de reconocer que me preocupaba un poquito la salida de Paris en hora punta cargado hasta arriba, pero es lo que tocaba hacer. Mencionar que no me equivocaba, menudo jaleo de coches, pitidos, coches en doble fila... Nos costó casi una horita dejar atrás la ciudad Gala para ir poquito a poco metiéndonos en carreteras secundarias llenas de verde y encanto.
Reconocer que, si el día anterior fue el “día de Sheila”, hoy era el mío. Tenía muchísimas ganas de conocer parte del día más importante de la 2ª guerra mundial, pasear por la playa de Omaha y si era posible ver el cementerio norteamericano que aparece en la famosa película Salvar al Soldado Ryan.
De camino a la región de Normandía disfrutamos una barbaridad de todos y cada uno de los pueblecitos que íbamos atravesando, todos ellos súper rurales, con muchísimas vacas y pastos, bonitas iglesias y unos campos que nada tienen que envidiar a los nuestros de Asturias. Cuanto más nos acercábamos a Normandía más carteles, banderas y lugares emblemáticos empezábamos a ver. Casi se podía palpar la historia.
Nuestra moto se comportaba de maravilla entre curvas y curvas y el aire fresco de la mañana junto al sol nos daba la bienvenida a la entrada a Normandía. Lo primero que hicimos fue localizar la casita en la que nos íbamos a quedar. ¡¡¡Una autentica pasada!!! Una casita en mitad del campo rodeada de verde, y con un encanto especial. Además, teníamos un pequeño tejado para meter la moto y que el asiento no estuviera mojado a causa del rocío de la mañana.
Una vez descargada la moto y cambiados de ropa pusimos rumbo a la Playa de Omaha. Vaya emoción según íbamos llegando…lo primero que vimos fue un bunker y dos banderas, la de EEUU y la francesa, para posteriormente ir a ver la estatua del memorial a los caídos. Más tarde, después de descansar un poquito y tomar una cervecita fuimos al cementerio estadounidense. Para nuestro asombro la entrada era gratuita (aunque hubiera pagado lo que hiciera falta por entrar) y lo primero que nos llamo la atención era lo limpio y perfecto que era todo. Mientras íbamos paseando por el cementerio empezamos a ver las míticas hileras de cruces y cruces. Se nos ponían los pelos de punta. VAYA SENSASIÓN. Después de recorrer durante más de una hora el cementerio y de ver algún mapa explicativo de la batalla, decidimos ir a comer a la playa de Omaha, dar un paseíto por la playa, realizar unas fotos y descansar un poquito viendo el atardecer. Antes de irnos a casa fuimos a ver el Overlord Museum, donde conocimos tanques, armas, todo tipo de artefactos e historias más que increíbles. De camino a casa fuimos hablando de todo lo que nos había parecido la zona y las entrañables historias que esconde esa región. En un pueblecito de camino compramos 2 crepes (son muy famosos en esta zona) para irnos a descansar. Antes de dormir vimos la película de Salvar al Soldado Ryan para dar por terminado un día que tardaré en olvidar.
DÍA -5- NORMANDÍA – MONTE SAINT-MICHEL - NANTES 300 KM Y 5H Y 27’
Un día más nos levantamos temprano, recogimos todo, breve revisión a nuestra máquina y dejar todo preparado. Ese día el desayuno en esta preciosa casita fue maravilloso. Dulces, salados y un entorno de 10.
Menos mal que al principio de la mañana cogimos bien de fuerzas ya que al poco de salir nos cayo una tromba de agua que nos fastidio hasta llegar al famoso y espectacular Monte Saint Michel.
El ir en moto mojado y no poder cambiarte es una de las principales diferencias de viajar en moto a realizarlo en otro medio de transporte, ya que somos vulnerables ante cualquier adversidad. Como no podía ser de otra manera al llevar las ruedas nuevas no tuvimos ningún susto ni problema, la robustez de nuestra maquina también ayudaba contra el viento y el agua.
Una vez allí guardamos todo lo que pudimos en las maletas y nos fuimos andando hasta la mini ciudad. El que haya visto la película de El Señor de Los Anillos El Retorno del Rey seguro que le recuerda a Minas Tirith. Una vez allí recorrimos todo y realizamos unas cuantas fotos. Lo malo es que íbamos empapados. Poquito a poco fue saliendo el sol y nos fuimos secando. Una vez terminada la visita, pusimos rumbo a Nantes que gracias a Dios nos hizo muy bueno y al poquito rato estábamos completamente secos. Antes de llegar a nuestro destino paramos a tomar unas cocacolas y unas patatas en un área de servicio para afrontar el ultimo tramo de este día.
El hotel lo encontramos sin problemas, y la entrada a la ciudad fue realmente sencilla. Una vez en el hotel descargamos todo, nos cambiamos, una duchita y volvimos a coger la moto esta vez sin maletas (como se nota el peso) para ir al centro de la ciudad. Una vez allí visitamos el castillo de los duques de Bretaña, la Catedral San-Pedro-y-San-Pablo, me comí mi primer gofre de Nutella que estaba impresionante, la Torre Lu, Passage de Pommeraye, Isla de Versalles y alguna cosita más. Ese día decidimos hacer compra en un supermercado para cenar tranquilamente, y la verdad que la comida estaba impresionante. Además, aproveche para enfriar unas cervecitas en el lavabo del baño con bien de hielo y la velada fue espectacular. Una vez la tripa llena, apago de luces y descanso. Había sido un día bastante duro a causa de la lluvia, sin olvidar que los km van pesando.
DÍA -6- NANTES – SAINT PIERRE DU MONT 462KM Y 7H Y 36’
Este día madrugamos un poquito menos de lo normal, aunque nos quedaban muchos km por recorrer. Lo primero que vimos al abrir las ventanas fue el viento y la lluvia que caía. Empezábamos el día con el pie izquierdo. Ese día el desayuno fue un poquito más escueto y decidimos salir cuanto antes para ver si podíamos pasar la tormenta.
La verdad que tuvimos suerte y a la hora y poquito de salir de Nantes ya habíamos pasado la mayor parte de la tormenta sin apenas mojarnos, aunque cuando vamos viajando en moto nunca se sabe. Fuimos realizando km a km dirección al sur de Francia donde nos esperaban unos grandes anfitriones. Ese día dormíamos en la casita de Lidia & Juan, viejos amigos y conocidos de nuestra localidad.
Según íbamos llegando a Saint Pierre du Mont el tiempo empezó a empeorar, y en un área de servicio me tropecé con otro motero Frances que se dirigía a Santiago de Compostela. Allí estuvimos charlando con él, tomando un cafecito y repostando nuestras maquinas para afrontar los casi 200km que nos quedaban por delante. Poquito a poco fuimos restando km hasta llegar al municipio de nuestros amigos, donde aproveche antes de ir a su casa para dar un buen lavado a la moto, mirar presiones, engrasar la cadena y mirar cualquier cosita que pudiera fallar. Llevamos muchos km encima en muy pocos días.
Una vez en la casita de Juan & Lidia (es una cucada) que llegamos antes que ellos, metimos la moto al jardín, descargamos todo y esperamos a que llegara Juan. Nos hizo mucha ilusión poder estar allí con ellos. Mientras esperábamos a que Lidia saliera de trabajar nos aseamos, nos pusimos guapetes y salimos a patear toda la ciudad. Juan nos contó un montón de cosas de esa región, como por ejemplo la gran afición a los toros que hay, los dos ríos que se juntan en uno, y bastantes cositas más. Una vez que Lidia se reunió con nosotros fuimos a tomar unas pintas a una terraza con un ambiente increíble, donde nos pusimos al día y disfrutamos un montón. Más tarde con alguna que otra cervecita ya encima fuimos a cenar a otro restaurante conocido de la ciudad donde también callo alguna que otra cervecita, para más tarde terminar en una discoteca. Lo que pasó después mejor lo dejo para nosotros jiji. Una gran velada con buenas risas y una compañía inmejorable. Gracias chicos!!!
Ese día no hubo protocolo diario jiji. Directos a dormir.
DÍA -7- SAINT PIERRE DU MONT- CASITA 492KM Y 5H
El último día de nuestro viaje nos levantamos con un poquito de resaca jiji, aunque nada que no curara un buen desayuno en casa de Juan & Lidia. Una vez recogido todo y despedido de nuestros amigos pusimos rumbo a Bayona, un pueblecito con mucho encanto. Lo malo es que nada más salir de Saint Pierre Du Mont nos callo una tormenta que nos volvería a recordar lo que es viajar en moto en condiciones adversas. Una vez en Bayona tomamos un cafecito con un rico Cruasán y pusimos rumbo a Biarritz y posteriormente a San Juan de la Luz. Ambos pueblos realmente bonitos. Una vez visitados pasamos la frontera en Irún, donde una extraña sensación aparecería; una de ellas de tristeza por terminar nuestro viaje y otra de alegría y emoción por regresar a nuestra tierra con los deberes bien hechos.
De camino a San Esteban de Gormaz el culo nos recordaba los km y km recorridos a lomo de nuestra máquina, que como siempre se ha portado de 10. Un aplauso para nuestra Benelli TRK 502X “TIZONA”. Según íbamos pasando por San Sebastian, Vitoria-Gasteiz, Burgos, Aranda de Duero, nos íbamos adentrando más y más en nuestra querida tierra. Cuando a lo lejos divisamos nuestro espectacular y majestuoso castillo una pequeña lagrima asomo por nuestro casco. Comentar que lo primero que hicimos al llegar a nuestro pueblo fue ir a tomar una cervecita, esta vez a 1’30 €, igualito que a 9€ unos días antes en Paris.
Hasta aquí un “pequeño” relato de lo que ha dado de sí nuestro viaje por Francia.
DATOS TOTALES: 2986KM Y 45H
Nos vemos en la carretera.
-SHEILA & VÍCTOR-